La utilización de sueros o soluciones es una práctica rutinaria para el veterinario en el trabajo diario, ya sea en consultorios, clínicas u hospitales de pequeños animales.
La composición de los sueros es variable pero todos contienen agua. El agua es fundamental para el funcionamiento de todos los órganos y muchas de las enfermedades que afectan al aparato gastrointestinal afectan al equilibrio hídrico con lo que en estos casos es necesario administrar sueros.
Para que el veterinario clínico pueda realizar mejor su trabajo es muy importante que tenga un conocimiento de cómo se distribuye el agua y los electrolitos dentro de los tejidos del organismo, estar familiarizado con la fisiopatología de las diferentes enfermedades que afectan al aparato gastrointestinal y de los tipos de fluidos que va a utilizar así como su comportamiento una vez se introduce en el animal.
Esto es especialmente importante en los casos en que la disponibilidad de laboratorio está limitada y no es posible realizar determinaciones de electrolitos o equilibrio acido base.
La administración de estos fluidos se puede realizar utilizando los equipos de infusión tradicionales con un gotero por gravedad o mediante equipos especiales y bombas de infusión volumétricas de funcionamiento peristáltico,que permiten administrar fluidos a un volumen constante durante un periodo de tiempo concreto de una manera precisa, independientemente del tipo de suero utilizado.